viernes, mayo 25, 2007

Feo , fuerte y formal


“A nadie le gusta mi manera de actuar, excepto al público”
John Wayne

El séptimo arte está de enhorabuena, no es para menos.
Mañana celebra su centésimo aniversario Marion Michael Morrison, mundialmente conocido como John Wayne.

El Duque fue un actor de primer orden, todo presencia, dueño de una tremenda concepción física de la actuación, pura intuición y visceralidad.
Un intérprete de tripa y rajo, tremendamente eficiente, todo un profesional.

A pesar de que creó su propia imagen a partir de sus personajes, nunca hizo el servicio militar, ni se dedicó a la ganadería, ni disparó un arma en la vida real.

Al contrario de lo que mucha gente cree, en ocasiones es difícil separar al actor de sus personajes, poco tenía que ver el hombre de fuera de los platós con el de la pantalla.
La fragilidad y la incertidumbre también formaban parte de su personalidad.

La inseguridad que sentía como artista le acompañó durante toda su vida.
Siempre dudó de su talento, forjado al principio de su meteórica carrera en westerns de bajo presupuesto.
Tampoco ayudó el trato despectivo y sádico que recibió durante décadas de manos de su descubridor y mentor, el maestro John Ford.

El no poder servir a su país durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en otra fuente de desilusión, ya que "era algo que él siempre quiso hacer, pero sus obligaciones familiares y su inminente despegue artístico se lo impidieron".

Esta circunstancia provocó que recrudeciera su actitud patriótica y reaccionaria.
Furibundo anticomunista, fue un firme defensor de la nefasta política del senador McCarthy y se convirtió en activo miembro de la Alianza Cinematográfica para la Preservación de los Ideales Americanos, formación de la que fue elegido presidente en 1947.

Huelga decir en su defensa, que a diferencia de otros miembros de la profesión, muchos de ellos izquierdistas convencidos, no acusó jamás a ningún compañero durante la terrible caza de brujas que vivió Hollywood.
En ese aspecto demostró gran rectitud y entereza, detestaba la delación.

Según desvela el escritor y actor británico Michael Munn en su biografía de John Wayne, titulada The man behind the myth (El hombre detrás del mito), Stalin, a quien sacaba de quicio el feroz anticomunismo que profesaba el actor, planeó matarlo.

Entre finales de los años cuarenta y principios de la década de los cincuenta fue víctima de varias tentativas de asesinato.
La primera la llevaron a cabo dos emisarios soviéticos disfrazados de agentes del FBI que intentaron matarlo dentro de los estudios de la Warner Bros.

La orden de Stalin fue cancelada tras su muerte.
Fue entonces cuando grupos radicales estadounidenses decidieron ejecutarla como venganza por el apoyo que el actor había prestado al senador Joseph McCarthy.
Un nuevo atentado frustrado tuvo lugar en México durante el rodaje de Hondo.

Además de fascista fue tachado de racista, curiosa recriminación para un hombre que contrajo matrimonio en tres ocasiones con mujeres de origen hispano.

Empedernido fumador de cinco cajetillas diarias, se embarcó en 1958 en el rodaje de El conquistador de Mongolia, película en la que encarnaba a Genghis Khan.
Los exteriores se rodaron en la zona desértica de Saint George, Utah, zona donde el ejército había realizado numerosas pruebas nucleares.
A los productores se les aseguró que no había riesgo de contaminación radioactiva.

Con el paso de los años, casi cien miembros del equipo de rodaje murieron de cáncer, entre ellos el director Dick Powell y los actores Pedro Armendáriz, Susan Hayward y Agnes Moorehead.

A Wayne le diagnosticaron un tumor en el pulmón izquierdo en 1964.
Se enfrentó con coraje y dignidad a la enfermedad a lo largo de quince largos años.

La encuesta Harris incluye todos los años a Duke en la lista de los actores más populares y admirados de los Estados Unidos.
Y eso a pesar de que nos dejó hace veintiocho años y que su última película se rodó hace treinta.

"Esto es el Oeste, señor, y cuando la leyenda se convierte en realidad, hay que publicar la leyenda."



11 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Otro facha, y van...

9:27 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Mal que les pese a algunos simplificadores de la realidad, John Wayne es mucho John Wayne. No sólo es recordado como un gran actor sino como uno de los grandes mitos del S. XX. Ahí quedarán para siempre sus interpretaciones.
De todos modos, es curioso constatar con que ligereza se perdona a los intelectuales y artistas comunistas sus "deslices" (básicamente sus justificaciones del régimen soviético), ya sea el estúpido Saramago -un escritor penoso y sino lean sus libros- o el idiota de Sartre. Obviamente, ninguno de los dos vivió la ominosa dictadura del proletariado.
En todo caso, después de leer el libro de Manuel Chaves Nogales "El maestro Juan Martínez que estaba allí" (Editorial Asteoide) se comprende el anticomunismo furibundo del actor... aunque todo hay que decirlo, los blancos tampoco se quedaron cortos en la guerra civil rusa. En fin, al que no le guste John Wayne que se vaya a ver Spiderman 3 por fatuo e ignorante.
Por mi parte seguiré disfrutando con su forma de cabalgar, su puntería y su ufana gallardía.
Mis más cordiales saludos

9:57 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Grandes mitos...del siglo XX? Ja, ja, ja...Y una mierda! El capullo ese que salía en las películas escupiendo y matando apaches, además de racista, era un puto fascista paranoide, zafio y comedor de pollas poderosas, como todos los sicarios del imperio. Tal vez el actor más sobrevalorado de la historia del cine, al nivel artístico de Stallone o Seagal. La puta suerte que tuvo fueron los guiones con que trabajó y el director que le emcumbró. Pagaría por verle actuar en películas actuales...pobre y maloliente farsante de mierda, polvo del desierto en la polla, sangre seca en las botas, sudor de caballo moribundo entre las piernas, mito de muerte para los huesos de coyote que se pulverizan bajo sol de la Gran América

1:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Probablemente el cine actual no sería la porquería que es si quedaran actores de la casta de John Wayne.
Tan mal actor no sería si se mantuvo en el candelero durante cuarenta años.
A los intérpretes desafortunados no suelen ofrecerles buenos guiones, ni ahora, ni antes.
Tampoco los incluyen en sus repartos los directores de categoría.
Ford gustaba de trabajar con el mismo elenco de cómicos maravillosos (Harry Carey, Ward Bond, Thomas Mitchell, Henry Fonda, Ben Johnson, Victor Mclaglen,Andy Devine, Maureen O'Hara, John Carradine, James Stewart, Lee Marvin y por supuesto JOHN WAYNE.)
Sus cualidades interpretativas, ideologías al margen, son irrefutables.
Todas la demás afirmaciones forman parte de un discurso falsamente progresista, antañón, antediluviano e igual de fascista que el regimen de Castro.
Palabras hueras de rojillo de salón.
Hoy me manifiesto contra el sistema, mñana te chupo la sangre (que no otra cosa,lo suyo roza la obsesión, Sr. Sutree).
El Sr. Wayne trabajó muy duro para convertirse en un estrella.
Primero en calidad de recadero y de atrezzista, después trabajó durante 10 años en westerns de serie B. Llegó a interpretar 10 películas al año durante la década de los años treinta.
Después no dejó de trabajar hasta que el maldito cáncer se lo llevó.
Se ganó a pulso todo lo que consiguió.
Todo un currante.
Claro que a mucho perroflauta okupa, guarro y piojoso se le escapa el significado de las
palabras TRABAJO, COMPROMISO, SERIEDAD y SENTIDO DEL DEBER.

Al margen de su carrera, fue buen esposo, un excelente padre para sus hijos y un gran amigo de sus amigos.


Dios le bendiga.

2:15 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ya que nos ponemos teológicos, mucho mejor que le bendiga por su puto culo de facha la serpiente emplumada que reina en el infierno donde eternamente se arrancan las cabelleras de los asesinos de niños

7:21 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Suttree y Kohoutec,
cuando no hay argumentos válidos, esta progresía de pensamiento único pasa directamente al insulto. Lo siento, pero somos muchos los que no creemos en dogmas, ni de un lado ni del otro. Además, os habéis equivocado de foro. Si no os gusta lo que se comenta aquí, iros a otro sitio o a ver basura en la TV. Os sentiréis más cómodos, satisfechos y, sobretodo, más realizados como personas...

8:53 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Escúchame, pequeño rostro pálido sin nombre. Te digo: si no te mola que te insulten ni que te lleven la contaria, te olvidas de los blogs y te encierras en tu casa para ver "Boinas Verdes" hasta que se te ponga tiesa mientras tu heroe salva a los Estados Unidos de los malditos charlies.

9:52 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

(Los perroflautas que tomen su medicación, por favor.)

¡Wayne grande!(que no glande, hijos de peperos!)

Uno que pasaba

9:59 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Lo decía Aristóteles,
Los extremos se tocan y el que no lo entienda que vuelva a la escuela. Por cierto, Winnetou, confundes la velocidad con el tocino. Según tú, habría que prohibir a Camus porque era un "antisemita", ¿no? Es mejor leer al hipócrita de Gunter Grass. ¿Es esto lo que enseña la nueva asignatura progre para la ciudadanía?
Winnetou, seguro que a ti te pone Zerolo y su magnífica lucidez...
Y ya que te gusta que te insulten, que te empalen, maricón...

9:54 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Hauw!
Nobles jefes Suchi y Kokohuahua,
espíritus maléficos se han adueñado de vosotros. Cosa de hechicería.
La hiel os confunde.

El rostro pálido Gran Jack no mató a ningún miembro de las grandes tribus.

Su bastón de fuego sólo disparaba humo. Su cuchillo largo era de hojalata.
Todo era de mentira, era algo parecido a nuestras danzas y celebraciones.

Vuestros hombres no tomaron el camino de la Gran Pradera.
No sufrieron ningún daño.

Los soles tampoco eran tales, se les llama focos.

Los nuestros salían en esas leyendas (el hombre blanco les llama películas) para conseguir agua de fuego, mantas, espejos y abalorios.

Gran Jack quería mucho al indio.
Respetaba a los ancianos,los niños y las squaws.
Siempre les obsequió con salmón seco, panochas de maíz, bayas de enebro, sirope de arce y carne de búfalo salada.
Compartía sus cigarrillos y pipas de la paz con nuestros guerreros más valientes.
Construyó en algunas de nuestras reservas, cabañas, escuelas e iglesias.
Gran Jack Piernas Largas Puño de Trueno fue un hombre bueno.
¡Cabalgue por siempre!

11:23 a. m.  
Blogger titiritero ha dicho...

buenas! a todos esos q hablan y hablan xa luego no decir ni su nombre, alguno de vosotros,almas de cántaro, ha visto alguna película de John Wayne?
Johnny Depp no, John Wayne.
Animarse q nunca es tarde. q envidia, poder ver x primera vez, centauros, liberty valance, 3 padrinos...
q suerte la vuestra. aprovecharla. no podeis ser tan tontos como pareceis.

9:07 p. m.  

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