miércoles, octubre 18, 2006

Los ochenta de Chuck


Tal día como hoy cumple ochenta años Charles Edward Anderson Berry, conocido en el mundo entero como Chuck Berry.
¡Descubrirse ante la madre del cordero!

Diego A. Manrique borda en la “Historia del Rock de EL PAÍS” la definición del estilo del genial intérprete y compositor:
"ritmo imparable, guitarra afilada, sonido electrificante, historias de excepcional precisión y poder de evocación. Como instrumentista define lo que es el estilo básico de los guitarristas de rock hasta el presente. Como compositor, sus piezas retratan de forma imperecedera el estilo de vida de la América juvenil de los años cincuenta."

Berry nació en San Luis en el seno de una familia de clase media, su madre era profesora y su padre diácono bautista.
Cursó sus estudios en la Summer High Scholl, la primera escuela secundaria para gente de color del oeste del Misisipi.
Por culpa de algunos pecadillos adolescentes, dio con sus huesos en un reformatorio.
Al salir contrajo matrimonio y para mantener a los suyos trabajó en la cadena de montaje de la General Motors, asistiendo por las noches a clases nocturnas de cosmética y peluquería.

Chuck tocaba la guitarra desde su más tierna adolescencia, y a principios de 1953, comienza a ganarse unas perras extras tocando en la "Sir John's Trio". Poco más tarde la banda cambiaría su nombre por el de "Chuck Berry Combo".

En 1955 inicia su ascensión al estrellato.
Viaja a Chicago donde conoce aMuddy Waters, quien le sugiere que entre en contacto con la compañía Chess Records . Firma un contrato con la discográfica y en septiembre de ese mismo año publica su primer single, "Maybellene", todo un bombazo. “Roll over Beethoven” es su siguiente gran éxito, le siguen “Sweet Little Sixteen”, “Reelin' and Rockin'' y “Rock and Roll Music”.
Aparece en cuatro películas y recorre todo el país en compañía de otros artistas, donde destaca por su profesionalidad, carisma y simpatía, valiéndose de trucos como su famoso baile que bautiza como el Paso del pato.

En cosa de tres años, el amigo Berry compone algunas decenas de temas que ya forman parte de la historia del rock & roll, gana dinero a espuertas y se codea con lo mejorcito de la música popular del momento, pero de nuevo vuelve a meterse en líos, en el 59 lo acusan de trata de blancas y se tira cuatro largos años en la carcel.
Al margen de disquisiciones morales y sin emitir juicios de valor, siempre me ha soprendido que cuando un músico afroamericano triunfa en Estados Unidos, amasa una pequeña fortuna y obtiene reconocimiento, tarde o temprano acaba entre rejas ¿Son todos los intérpretes negros tan malos y depravados? ¿Es algo genético? ¿Ambiental? ¿O sencillamente turbios tejemanajes urdidos por el sector más respetable de la comunidad blanca? Cada cual extraiga sus propias conclusiones.

Cumplida la condena, vuelve a los escenarios. Su figura se ha revalorizado gracias a la nueva hornada de grupos ingleses influenciados por su música (Beatles, Stones, Kinks). La mayoría de los viejos figurones del rock & roll están muertos, gordos a reventar o metidos en algún berenjenal. Él, perro viejo, sabe adaptarse a los tiempos cambiando de imagen: patillones, pantalones pitillo y camisas de colorines.
Desde finales de los años sesenta hasta hoy, se ha dedicado a embarcarse en maratonianas giras, en las que desgrana sus viejos éxitos arropado por conjuntos, la mayoría penosos, conformados en un par de días para acompañarle en sus actuaciones.
La dinámica siempre es la misma, el señor Berry llega a la ciudad en cuestión acompañado de su inseparable Gibson, toca 55 minutos y regresa a su hotel a bordo de un Mercedes.

El músico volvió a tener problemas con la Ley en 1979. Poco después de actuar en la Casa Blanca para el presidente Jimmy Carter, le culparon de evasión de impuestos.
Fue condenado a cuatro meses de cárcel y a 1.000 horas de servicio a la comunidad.
Ese mismo año la NASA envió la sonda “Voyager” al espacio cargada con pruebas significativas de la civilización humana. Incluyeron una cinta en la que estaban grabadas la “Novena Sinfonía” de Beethoven, “La Flauta Mágica” de Mozart y “Johnny B. Goode” de Berry.

En los noventa fue acusado de nuevo por consumo de marihuana y tenencia de material pornográfico en el que aparecían menores.
A pesar de todos estos altibajos, y de lo avanzado de su edad, el muy canalla sigue actuando y dando guerra.

John Lennon dixit: "Si quieren darle otro nombre al rock and roll, deberían llamarlo Chuck Berry".

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Larga vida al rock & roll!
¡Vivan Ike, Bo, Little, T, Fats, Coasters, Esquerita, Screamin y demás maestros!
¡Muerte a los Platter!
Keep on rockin!

3:28 p. m.  

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